
Es curioso como el ambiente de tu hogar te transporta a 6703 kms. que es la distancia exacta que hay desde Madrid a mi Santo Domingo natal, y aunque sea por un instante, no siento que estoy fuera de mi patria. Igual ha sido el aroma de ese primer café de la mañana, o por esa tradición dominicana de levantarte los domingos por las mañanas, abrir todas las ventanas y poner tu selección musical a un volumen más alto que lo habitual, o lo de proclamar que los domingo no se hace nada en la casa.
Les puedo asegurar que mi reacción al encontrar algunas de esas personas que tenía un montón de años que había dejado de ver, fue la de sentirme un abuelo caduco!! No no no, no exagero, juro que me he parado un rato del ordenador, he ido al vestidor y me he preguntado mirándome a solas en el espejo: ¿Y tú estás tan viejo? No paraba de mirarme por todos los lados y cuestionarme a mi mismo: ¿Pero es verdad que tu crees que estás viejo? Eso si, eludiendo en todo momento una posible y remota autorespuesta que me pudiera hacer creer que de verdad estoy viejo.
Esta reacción ha sido al ver los perfiles en Facebook de algunas personas que deje de ver como niños cuando vivía en República Dominicana, que si no fuera por los nombres y apellidos jamás les habría identificado. Ha sido una sensación muy rara, por la sorpresa de ver las fotos de esos niños que les he visto nacer y que ahora son hombres y mujeres. Recordé esa costumbre de entonces, que los niños pequeños trataban a los adolescentes como tíos y tías, que nos respetaban y nos trataban como si realmente fuéramos hermanos de sus padres, que a su vez sus padres nos trataban como si fuéramos sus hermanos pequeños.
No me podía creer que yo era el “Tío Tito” (me llamaban Tito mi familia y amigos de infancia) de esos que ahora veo que son adultos como yo, tampoco me podía imaginar viendo personalmente a esos niños y niñas que deje de verles más de 20 años atrás y que ahora no los podré tratar como los chiquillos de aquel entonces. Es muy curiosa esta sensación, porque siento que me han pasado los años al recordar esos que eran niños, pero al mismo tiempo siento que en mi no han pasado los años porque tengo el mismo espíritu de cuando era el “Tío Tito”.
Esas sensaciones son dificiles de exteriorizar pero sobre todo de explicarlas ... gracias por haberme arrastrado contigo en ese viaje virtual ...wow!! que dichosos somos de poder apreciar los bueno momentos y las experiencias vividas.El otro dia entendi que el " AHORA DENTRO DE UN MINUTO ES YA EL DESPUES" debemos aprovechar cada minuto,cada instante y vivirlo como si fuera el único.
ResponderEliminar¡¡¡ Un abrazo amigo del alma!!!
¡Amigo, dejame darte envidia!...Porque aqui ya llegó la Navidad!!!...Los días mas lindos de la bolita'el mundo y una brisita encantadora!!! Te mandare un poco de calor dominicano con mi sobrina Lauren que esta aqui de vaca y si quieres te puedo enviar unos pasteles en hoja, pa'que no llores!!!
ResponderEliminarQue me dices?
MF
Wepa MF.. me encantan tus comentarios, siempre me hacen reír un montón... mira que eres degraciaiiita!! como me das envidia con los pasteles en hoja... barbaraaaaaaasa!!!
ResponderEliminarNecesitamos de los recuerdos porque... son nuestra historia, con aciertos y fallidas actuaciones, pero es nuestro manuscrito de vida
ResponderEliminarun beso grande
Gracias por esa llamada del domingo pues me le diste on a recuerdos del pasado que por 20 años no activaba, que bueno de saber de nuestros amigos de ayer, y los recuerdos te dejan una sonriza, y una emision que quieres pasar horas y horas hablando y hablando del pasado agradable que no volvera a repetirse igual, por eso cada minuto hay que disfrutarlo pues lo que hacemos ahora debe ser bueno para luego saborarlo.
ResponderEliminarun abrazo con calor dominacano.
mayramar